MÁRBEL  (Octubre 1977. Quinta redacción mayo 1979)

 

(i)

     La juvenil presencia de Márbel se convirtió enseguida en un cubil de mágica irradiación. Su cuerpo adolescente, alto y fornido, lleno de vigor y entusiasmo, llenaba la pequeña tienda de una extraña primavera. La prodigiosa primavera de la fuerza y el deseo.

 

(ii)a

   En el tiempo ocioso paseaba por el puerto:
   Atisbar los grandes buques, las liliputienses embarcaciones, los marinos, el agua sucia. Oler la siempre nueva emanación del petróleo. Sorprende la siempre nueva sensación yerma del espacio abierto.

(ii)b

   La admiración de la montaña agreste, la aridez del entorno, cualquier entorno. La importancia de las colinas, de los paisajes más inéditos para los turistas de la naturaleza. La importancia de contemplar con delicadeza un cielo gris. La observación minuciosa de los astros.

(iii)

  …y la búsqueda del ensueño le imbuyó en la fantasía más solitaria.

(iv)

   Al transcurrir el tiempo una eclosión anímica condujo a Márbel hacia aquel fin.

(v)

   El lugar escogido por Márbel es la cúpula de una misteriosa gruta. La entrada, unas escaleras reducidas, obrada a lo largo de muchos años. Márbel emprende el descenso. Ha comenzado a resbalar lo abrupto del ciclo infinito.

(vi)

   El período es conseguir el hito del núcleo terral. La fantástica cúpula… (…el vientre fecundo, el anhelo). La media naranja coloreada por los átomos del aire. La brisa visceral…

(vii)

   Unos grilletes colgaban del espacio vacío central. –El olvido, unos instantes, de la mirada clavada en la nada. Un crujido negó la atmósfera. Como si hubiese buscado siempre aquella esclavitud, aprisionó sus pies.

(viii)

 

   AL ACABAR EL INSÓLITO RICTUS INICIO LA CONSTRUCCIÓN DE UN MURO. EL LÉGAMO SÓRDIDO Y EL CUERPO SERÁN LA ARMADURA. EL LÍMITE DE LA DEFINITIVA SEPARACIÓN ENTRE EL SUEÑO Y LA MATERIALIDAD.

(ix)

  

   La quimera de los recuerdos es inagotable en la agonía…

(x)

  

   Márbel, en lo absoluto del silencio, debía esperar la perturbadora fatiga del sueño.