CANCIÓN PRIMERA DE LA MUERTE DEL MARINERO (1972)

 
 

Hoy estoy triste
de una solitaria figura
y, mañana, sin espíritu,
habrá quizás, algo
que me dará fuerza
para vivir;
o tal vez la luz
se disipará más adentro
de mi corazón.
Los pensamientos más
racionales se
vuelven lejanos
cuando la vida se marcha
por su camino, fluyendo como el agua
de lluvia, que cae sobre
la alta montaña
hasta la baja carena.
Para morir, como moriré
yo:
      ¡Dentro del mar!